por la infancia y un desarrollo solidario

Por María Rubí Chambi Alanoca - Niña ecoperiodista

En la zona San Juan de la ciudad de Potosí hay un parque, una jardinera y una plazuela que están descuidadas, tanto por el municipio como por las y los propios vecinos. En estos lugares hay árboles talados, sobreviven pocas flores y las jardineras son usadas como basureros. Un grupo de voluntarios intenta salvar estos espacios como una forma de paliar la contaminación minera.

En el centro de la ciudad se repite la situación de descuido. Hay troncos secos o talados, jardineras con basura y árboles convertidos en esculturas, no se sabe si esto ocurrió con la muerte previa del tronco. El paisaje no es más que cemento en espacios grandes y pequeños, originalmente destinados a ser áreas verdes.

Susana Vargas, encargada de la Pastoral Social Ecológica, considera que es “muy importante tener áreas verdes en Potosí, ya que nos estarían, de alguna manera, ayudando (a paliar) con la contaminación minera que existe en la ciudad”.

En la Chiquitanía, al este del país, se vivió una gran tragedia en los últimos tres años que es el incendio de grandes áreas forestales. Esto afectó a todo el país, ya que se produjo bastante contaminación. Por eso la falta de árboles en Potosí y en otras ciudades del país solo aumenta la preocupación por esos hechos catastróficos.

Susana Vargas opina que en los últimos 15 años se ha vulnerado el derecho a vivir en un medio ambiente saludable, debido a los incendios provocados en el Oriente y en el Valle, incluidos los chaqueos que consisten en la preparación de la tierra para los cultivos mediante la quema y derribe de árboles. En Potosí se suma a ese panorama insalubre la explotación minera que contamina el aire, el agua y el suelo.

Desde la Pastoral Social Cáritas, a donde pertenece la Pastoral Ecológica, se han hecho otras actividades, entre ellas la limpieza de jardineras y la plantación de pequeños arbolitos en Alto Potosí o en zonas como Karachipampa.

Además, cuando no es temporada de lluvia “vamos, regamos las plantas y socializamos con la gente que cuide y que protejan las plantas que tenemos aquí en las jardineras y alrededor”, dice la voluntaria.

Ella se refiere a las plantas de la avenida Litoral y otras zonas de la ciudad, que son atendidas con varios voluntarios los domingos. Tienen también proyectos en otros departamentos, como en Oruro, donde se definió realizar un anteproyecto para modificar la ley minera con el fin de reducir la contaminación extractiva.

Para Vargas, es muy importante que “las personas tengan respeto a la madre naturaleza, pues de ella vivimos, ella nos alimenta. Simplemente somos criaturas pasajeras y tenemos derechos, pero también debemos dejar a las generaciones futuras un ambiente saludable”.

En la plazuela Sampa, en la ciudad de Potosí, sigue en pie el tronco de un árbol que fue talado.

Otro tronco muerto en la plazuela Sampa, un lugar que podría estar lleno de árboles para dar oxígeno a la ciudad de Potosí.

En la calle Arce en Potosí, la alcaldía colocó plantines de árboles hace unos meses, pero son usados como basureros.

En las aceras de la calle Arce hay unos diez plantines de árboles, pero solo uno fue “adoptado” por un vecino que lo protege.

El espacio para los árboles es usado por la gente como basurero.

Una plazuela de cemento en la ciudad de Potosí.

Este plantín murió antes de convertirse en un árbol que absorba la contaminación minera de la ciudad de Potosí.

Hay jardineras en Potosí, pero les falta cuidados.

Una escultura salvo a este tronco y sigue siendo una reserva de oxígeno.