Por Yamil Jonathan Balvin Fernández - Niño ecoperiodista
En Uyuni, una gran iniciativa ha unido a vecinas, vecinos, alcaldía, estudiantes, trabajadores municipales, vendedoras, vendedores y otros: la plantación de álamos y olmos, árboles que suelen adaptarse al frío clima de la región. El propósito es que la entrada al famoso Salar de Uyuni tenga áreas verdes.
Pilar Huayta, vendedora del mercado campesino “Valentina Aramayo Paniagua”, recuerda que la iniciativa fue de Ronald Villegas, vecino de la zona. Comenzaron por la Plaza de Armas. Vendedoras y vecinas y vecinos se pusieron manos a la obra: cavaron y removieron la tierra de las jardineras, la mezclaron con abono y colocaron los plantines. Luego se distribuyeron el riego, mantenimiento y control de mala hierba. El riego, por ejemplo, se realiza cada dos días o cuatro días, y cuando el plantín prende debe hacerse una vez por semana.
Juana Mollo, que también es vendedora, está feliz de haberse convertido en cuidadora de los árboles. “Es bonito, porque se ven bien en la Plaza de Armas, parecen personas a las que hay que cuidar”.
Al llegar a la plaza, nos encontramos con la señora Sonia, quien es jardinera municipal. “Me dedico a regar y podar las plantas, a sembrar, a traer las flores del vivero, para nuestro medio ambiente. Hay que cuidar el medio ambiente”. Su labor es muy importante porque también protege a las plantas de gente que bota su basura al pie de los arbolitos y de los perritos que hacen sus necesidades en el lugar.
El ingeniero Ariel Saavedra, responsable de áreas verdes del Gobierno Autónomo Municipal de Uyuni, dijo que la visión del municipio es la reforestación, forestación y arborización. Sin embargo, no es tarea fácil. Las y los técnicos de la alcaldía deben encontrar especies de árboles que puedan desarrollarse en una región fría y árida como la de Uyuni. Y los que mejor se adaptan son el olmo y el álamo; por eso cuatro mil plantines fueron distribuidos en Uyuni y zonas cercanas.
La estudiante Mónica Ayaviri del colegio Daniel campos “A” dijo que su colegio participa de la iniciativa. Su curso recibió cinco plantines y el profesor designa cada semana a dos estudiantes para que los rieguen.
Días después de la siembra, algunos plantines se veían un poco marchitos, les estaba costando adaptarse al clima, algunos perdieron sus hojas y otros luchaban por mantenerse firmes y conservar sus hojas. El ingeniero Saavedra explicó que, si las hojas se secan o cambian de color, hay que ver si les está faltando nutrientes o agua.
La adaptación de la vegetación en Uyuni es difícil y las vecinas y vecinos se esfuerzan para que los arbolitos prendan a la tierra y crezcan fuertes, porque quieren una ciudad verde y que el clima mejore.
La Plaza de Armas de Uyuni está llena de pequeños arbolitos plantados por los vecinos, alcaldía y estudiantes que quieren más áreas verdes en la ciudad.
Los pequeños plantines están cubiertos por una estructura de madera que intenta protegerlos para que crezcan bien.
Los plantines necesitan soportes para que se apoyen y crezcan rectos sin ninguna dificultad.
Un pequeño olmo de un año está sano y en buenas condiciones para seguir creciendo. Se espera que alcance diez metros de altura.
La calle Arce de la ciudad de Uyuni es un lugar donde se conservan las áreas verdes.
La señora Sonia es la encargada de cuidar la plaza central. Ella protege los plantines, los poda y los riega.
Los plantines inician su primera etapa de crecimiento en el vivero de la alcaldía de Uyuni, después serán ubicados en parques y plazas.