Por Kevin Condori
En la parte alta del cerro San Miguel, ubicado al suroeste de la ciudad de Cochabamba, se encuentra la Unidad Educativa 29 de Septiembre, muy cerca hay tiendas y puestos de comida bastante concurridos. También hay una plaza, un parque y una canchita, pero en mal estado porque algunos vecinos del barrio, que se juntan ahí para tomar bebidas alcohólicas e inhalar clefa, golpean con piedras las bancas, los columpios y el resbalín cuando surgen peleas entre ellos. Por eso el todo el barrio tiene bastante control policial.
Una vecina que vivía frente al colegio, donde también vendía comida, cuenta que hace tiempo los vecinos se organizaban para hacer limpieza, pero que ahora, sin clases presenciales y con temor al covid-19, la alcaldía solo manda policías al barrio.
A ese panorama se suma la basura que está botada por todo el lugar, la mayoría está dispersa, pero también se ven bolsas grandes que rápidamente son destruidas por los perros callejeros que abundan en el barrio. Lo que no se ve son basureros y tampoco hay contenedores. En el ambiente se sienten los malos olores y las y los vecinos temen por la salud de sus familias, pero también por su seguridad.
Pedro Choque, que vive en la zona sur del barrio, dice que “la gente bota (basura) porque no hay basureros ni en las esquinas ni en las calles”. Él recuerda que tuvieron algunas reuniones con dirigentes de las organizaciones territoriales de base (OTB) donde definieron dónde colocar basureros, pero “las autoridades nunca cumplen, eso es lo malo que tienen”. Selena, también vecina de la zona, dice que “todas las personas, como no hay contenedores, entonces botan donde sea”.
El teniente Alan Quiroga, del módulo policial, dice que hay dos problemas: “uno, la falta de educación sobre dónde botar la basura; segundo, que la alcaldía no pone basureros”. Entre los planes de la Policía está coordinar algunas actividades con dirigentes y con el colegio para cuidar también el medio ambiente.
En el cerro San Miguel está la Unidad Educativa 29 de Septiembre y delante está un pequeño parque infantil en pésimo estado.
La basura se encuentra donde se reúnen para jugar niñas, niños y adolescentes; la contaminación puede afectar su salud.
La gente no tiene cuidado de llevar su basura hasta su casa para desecharla.
En Cerro San Miguel tampoco desechan los barbijos de buena manera.
Los restos de comida e incluso ropa y zapatos están botados en el parque.
Los espacios de juego y deporte están deteriorados y hay una gran cantidad de basura que genera mal olor y contaminación.
En la plazuela del Cerro San Miguel, esta señora vende comida con el riesgo de que se contamine. A pesar de que hay algunos basureros, igual los residuos igual están por todos lados.
Los asientos de la plaza son maltratados por algunas personas que van al lugar.