por la infancia y un desarrollo solidario

Por Nayely Marguahy Caro - Niña ecoperiodista

Las personas desechan como si nada sus barbijos usados en las calles de la zona Achachicala, en la ciudad de La Paz, donde hay varios contenedores para botar esa basura. Esto sucede desde que se levantó la cuarentena por la pandemia del covid-19 el año pasado.

En Bolivia se vivió una cuarentena rígida entre el 22 de marzo y el 31 de mayo del 2020. Desde el fin del confinamiento, el gobierno municipal de La Paz estableció el horario de actividades laborales diarias, extendiéndolas de manera progresiva, y dispuso la utilización de mascarillas en espacios públicos para evitar el contagio.

En una caminata por el sector del matadero, en el barrio de Achachicala, se puede observar tapabocas desechados en los lugares menos esperados, por ejemplo, detrás de una pila de piedras en la cancha y camufladas entre las plantas en las calles. También se puede encontrar barbijos quirúrgicos de colores, con diseños, unos recientemente desechados y otros que parecen que llevan varios días botados ahí.

Frente a la Universidad Salesiana estaba don Daniel, limpiando su bus de transporte interdepartamental después de un viaje de varias horas. Entre la basura dejada por los pasajeros había envases de comida, botellas plásticas de refresco, bolsas de nailon y mascarillas.

Don Daniel comenta que durante sus recorridos las personas suelen olvidar sus barbijos dentro del bus. “Siempre hay dos o tres en cada viaje”, explica mientras recoge la basura.

Este uso poco cuidadoso sucede en otras partes de la ciudad. Doña Rosa trabaja en un restaurante en el centro de La Paz y explica que los clientes también dejan sus mascarillas.

“Sí, dejan mucho sus barbijos… Los meseros los traen en bandejas junto con los platos, y los botamos”. Le preguntamos si los separan del resto de la basura. Nos respondió que no. Según cuenta, las personas nunca vuelven por los tapabocas incluso cuando estos son lavables.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los barbijos deben ser colocados en una bolsa de plástico y esta debe ser cerrada antes de echarla al basurero. Lo ideal sería que se traten como desechos médicos y sean depositadas en contenedores especiales.

Los barbijos usados y dispersos por la calle son una basura que afecta al ecosistema y al derecho de las personas a un ambiente sano, ya que una mascarilla, por los materiales con los que está hecha, tarda entre 300 a 400 años en degradarse.

Una medida obligatoria para la protección contra el covid-19, hizo que del barbijo un objeto indispensable en nuestras vidas.

Las calles de la ciudad de La Paz ahora están contaminadas, no solo con plásticos y basura orgánica, ahora también lidiamos con basura biológica.

Los barbijos están hechos de textil y tardan en degradarse entre 300 a 400 años. En la foto vemos una hoja que vivirá menos que este tapaboca.

La basura que los pasajeros dejan en los buses contiene también barbijos olvidados o desechados.

Daniel, conductor de un bus interdepartamental de la empresa Cosmos, indica que las personas suelen olvidar sus tapabocas y que después de cada viaje encuentra dos o más barbijos.

En la zona de Achachicala los contenedores de basura no están en buenas condiciones. La basura esparcida es un peligro para la población porque ahora también contiene mascarillas que son restos biológicos.