por la infancia y un desarrollo solidario

Por Mayori Marguahy - Niña ecoperiodista

Pilfrut y Chicolac son dos productos lácteos favoritos de niñas y niños en la ciudad de La Paz, pero algunos no desechan de forma adecuada los envases, al igual que quienes consumen agua embolsada. En la extensión de la calle 3, en la zona de Achachicala, se puede ver las bolsitas incrustadas en las ramas y troncos de los árboles y también regadas por todo el barrio.

Al recorrer las calles del barrio nos encontramos con el señor Franz Romero. En el suelo, delante de su casa, había bolsitas de Pilfrut botadas. Él aseguró que no eran suyas, ya que él echa su basura en el contenedor y además sabe que ese plástico más de 200 años en transformarse. “Ni mis nietos, ni mis bisnietos van a ver lo que se deshace, entonces el medio ambiente se va deteriorando, estamos viviendo las consecuencias”.

Él cree que las bolsitas estaban regadas por el barrio por dos motivos: “porque hay gente inconsciente que ensucia y por eso botan” y porque otra gente no mete su bolsa de basura en el contenedor, sino que la deja al lado, expuesta a que sobre todo los perros las rompan y dispersen su contenido. El carro basurero recoge todos los días los desechos de la zona, pero solo la que está en el contenedor. El resto es recogido por quienes barren las calles, pero justo esa semana hicieron una huelga, nos informó el señor Romero.

En la avenida principal de Achachicala se encuentran diferentes establecimientos educativos, como la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo y, muy cerca de ella, la Universidad Salesiana. También hay una cancha reglamentaria de futbol bastante concurrida. Por esta razón, hay gran afluencia de gente.

Miguel Flores tiene su puesto de venta al lado de la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo y lo que más le compran es Pilfrut y Chicolac. Le preguntamos quiénes consumen más estos productos. “Mayormente los niños o jóvenes (consumen) para desayuno que no alcanzan a tomar”. También vende agua embolsada que es consumida por “los jóvenes cuando juegan (futbol en la cancha), porque se cansan”. Entonces queda en evidencia que quienes no desechan bien las bolsitas son estudiantes y futbolistas.

Según la página web Kiosco Verde, en Bolivia se utilizan más de tres mil millones de bolsas plásticas por año, que contribuyen a la contaminación en general. El plástico mal desechado termina en ríos y lagos, y provoca una gran contaminación porque tarda entre 150 y mil años para biodegradarse, de acuerdo a las diferentes características de esos envases. Así somos nosotras y nosotros mismos que afectamos nuestro derecho a un medio ambiente saludable.

Agua de limón, jugos, yogurt y leche son envasadas en pequeñas bolsas plásticas de 20 x 10 cm. Estos son los productos más comprados por su precio y fácil acceso.

Quien consume tarda en tomar este producto menos de un minuto, pero el empaque se vuelve basura que contamina.

En la ciudad de La Paz, los barrios no suelen tener basureros, sino contenedores de basura. Este empaque plástico de un producto tan consumido es desechado en las calles.

En la foto podemos ver dos empaques similares y ambos contienen líquidos y su bajo costo los hace muy accesibles para calmar la sed.

Miguel Flores tiene un kiosco. Sus mejores clientes de agua embolsada son jóvenes que hacen deportes en una cancha cercana.

Franz Romero, vecino de Achachicala, comenta que hay mucha gente inconsciente que bota la basura en la calle.

Vecinas de Achachicala ven como los árboles se convierten en basureros.

Un árbol bonito murió y ahora su tronco sirve de basurero.