por la infancia y un desarrollo solidario

Por Sonia Ayarachi Gallego - Niña ecoperiodista

Por las calles La Paz y Nogales en la ciudad de Potosí, donde se encuentra la tienda de la señora Flora Hilaria Apaza, pasan muchos civilianes que expulsan humo negro. Los envases de los productos que expone en sus mostradores terminan llenos de hollín y aunque ella los cambia y los limpia a diario, su trabajo es en vano porque siempre vuelven a ensuciarse. 

Los civilianes son vehículos de transporte de pasajeros que toman impulso con sus motores para subir por esta calle céntrica. La señora Flora mostró cómo sus manos quedan cubiertas de hollín por el solo hecho de acomodar algunos de sus productos. Se da la vuelta, toca otro envase de su mercancía y vuelve a mostrar sus manos todavía más negras.

David Reynaldo vive en la misma zona y dice que los autos expulsan mucho humo. Según cuenta, la emisión de contaminantes está regulada, pero cuando los vecinos intentaron hacerla cumplir, nunca encontraron a la autoridad competente para poner una denuncia y obtener una respuesta

Lo que sucede en esta calle de la ciudad de Potosí también se repite en otras calles por donde circulan los vehículos y donde existen hospitales, escuelas, mercados y áreas verdes.

Sobre quejarse de esta contaminación, el señor Reynaldo dice: “no se sabe dónde (poner la denuncia), la Policía, Tránsito, esos lugares no atienden, en vano se va, te mandan de una oficina a otra oficina, pierdes tiempo”.

Hace tiempo las y los vecinos colocaron telas blancas en los balcones de la calle Nogales para demostrar a las autoridades la contaminación que hay en el lugar. Doña Flora no sabía para qué tenían que poner incluso sus manteles y un vecino le dijo que era para probar que el humo de los vehículos los manchaba rápido. El resultado fue que las telas se ennegrecieron, pero llegó la pandemia y no pudieron quejarse a las autoridades. Durante la cuarentena, sin embargo, dejaron de respirar ese humo negro.

El problema es antiguo. Don David Reynaldo explica que antes lograron cambiar la ruta de los vehículos en la calle Nogales. A pesar de esa medida, el problema persiste y vulnera el derecho a la salud y a un medio ambiente saludable de habitantes y comerciantes de esa concurrida vía de Potosí.

Por la zona del cementerio de la ciudad de Potosí, hay muchos vehículos que están contaminando el medio ambiente.

La congestión vehicular se concentra en la calle Chayanta de la ciudad de Potosí; este es el lugar donde más contaminación existe.

Todos los productos de la tienda de doña Flora, ubicada en la calle Nogales, se ensucian con hollín.

La señora Flora muestra su mano manchada con hollín, luego vender sus productos.

El escape de un vehículo echa humo negro y va contaminando la ciudad de Potosí.