Por María Wilse Mérida Coria
Eran las 08:33 de la mañana en el río de La Villa, ubicado en Punata, Cochabamba, cuando una familia de hombres, mujeres, niñas y niños lavaba su ropa con ACE, jabón, blanqueadores y suavizante. El agua sucia y enjabonada bajaba con la corriente hasta donde remojaban los sacos llenos de tarwi o chuchusmuti, un grano de mucho valor nutricional, muy consumido por la población de diferentes maneras.
Los campesinos de La Villa cultivan el chuchusmuti y remojan este grano por tres días dentro del río a bajas temperaturas, aplastando los sacos o gangochos con piedras. Los productores ingresan a la corriente cada cierto tiempo usando botas por el frío del agua para remover los sacos. Este procedimiento sirve para quitar la acidez y el picante del tarwi antes de su consumo.
Daniela Zurita nació en la comunidad y es auditora y gastrónoma, pero a la vez es productora del grano de tarwi. Ella tiene una preocupación grande por la basura que generan las personas que lavan la ropa, pues tiran bolsas de detergente, botellas, plásticos, latas y vidrios. Pero no son las únicas, los mismos pobladores también tiran su basura, plásticos y escombros. Los productores de tarwi están obligados a recoger esos desechos y quemarlos cerca del río.
Preocupación por la calidad del agua
La más grande preocupación de Daniela es que el detergente deje residuos químicos que lleguen a impregnar su olor en el grano porque, cuando se pone a la venta en la ciudad, los consumidores se quejan del producto y no les apetece comprar.
Daniela cuenta que se acercó a las autoridades locales para exponer el problema de la basura. La solución que veía era poner un basurero en el puente y un letrero de advertencia, pero el dirigente no hizo nada para frenar esta situación.
Su intento de hablar con la gente que lava ropa fue peor porque, dice, reaccionaron con la respuesta de que “el río no es de ustedes, es del Estado”.
La explotación de áridos y agregados también es otro problema porque la maquinaria pesada deja huecos en el río. Esto hace que se ensanche el curso del río y deje de ser caudaloso. Esto es importante, porque la fuerza del río hace que el tarwi elimine su cascarilla y acidez.
Los productores escogen grano a grano los dañados de los sanos, luego los embolsan y cosen el saco. Dicen que este proceso empieza desde las 04:00 de la mañana. Desde el puente se ven los sacos de colores dentro de agua. Las familias reconocen sus gangochos coloridos incluso por sus matices. Mientras más me acercaba más podía notar los sacos llenos de chuchusmuti aplastados por piedras, dispuestos en filas de tres o cuatro contra la corriente.
El agua del río no es cristalina, pero los productores la usan también para hervir el grano de tarwi, último paso del proceso antes de su venta.
Muy nutritivo
El chuchusmuti o tarwi, conocido como chocho en Ecuador, es una leguminosa con un alto valor nutricional que se vende en los mercados de varias ciudades del país. Tiene un contenido de proteína del 50%, según la fundación Proinpa, y diez veces más contenido de calcio que la leche.
Mi vecina hace hervir el chuchusmuti unas tres veces antes de consumirlo por la desconfianza y la mala fama de que esté sucio por ese proceso en el río. Y en mi familia, mis hermanitos y yo lo consumimos directo de la bolsita que mi mamá compra en el mercado de su casera.
- El río de la villa, ubicado entre las poblaciones de Punata y Paracaya, es indispensable para los productores de chuchusmuti o tarwi.
- La elaboración del chuchusmuti inicia con el hervido de grano de tarwi, seguida de la selección de los granos que los productores realizan a mano y en familia.
- Los granos seleccionados son embolsados en sacos y cerrados con una costura manual para que no se derramen en el proceso de remojo.
- Las niñas y niños de la familia Zurita crecieron elaborando chuchusmuti. Siendo profesionales, continúan con esta actividad familiar.
- La elaboración del chuchusmiti termina con el remojo del grano durante tres días en el caudal del rio. Al día la familia Zurita, deja unos 30 sacos de tarwi en el agua.
- Una de las productoras acomodar los sacos de tarwi en el río. Es necesario utilizar botas para evitar la artritis, debido a los cambios de temperatura.
- Los sacos son fijados al fondo del río, con la ayuda de piedras, para lograr un mejor remojo; cada cierto tiempo enjuagan los sacos con la ayuda de los pies.
- Luego de tres días en remojo el chuchusmuti está listo para su consumo y venta. El proceso largo es una tradición de Punata, que no se perdió a pesar de algunos obstáculos que sufren los productores, sobre todo la basura en el agua y la explotación de agregados.