por la infancia y un desarrollo solidario

Por Maya Janeth Huanca Nina y Araceli Belén Quispe Apaza

En la ciudad de El Alto existen lagunas que poco a poco están desapareciendo debido a la acción de las personas. Es el caso de la laguna de la comunidad Chonchocoro, del municipio de Viacha, y la de Alto Lima, del sector Siete Lagunas.

Ambas están ubicadas en lugares alejados del centro de la ciudad de El Alto y en tierras planas cerca de la carretera. La cantidad de agua disminuye cada vez más y sube un poco en época de lluvias. Visitamos ambas lagunas, el 11 de mayo del 2022, primero la de Alto Lima y luego la de Chonchocoro.

Siete Lagunas

El trayecto del camino hacia la laguna de Alto Lima está lleno de escombros que tardan entre 50 y 70 años en biodegradarse, según varios estudios; además, hay personas que depositan su basura en las orillas de la carretera y otras la lanzan desde los vehículos que circulan por ahí.

Al llegar a la laguna pudimos ver sus aguas tranquilas, rodeadas de cerros. Hay pocas casas y algunas están abandonadas; las personas las dejaron porque hay poco acceso a alimentos y dificultades para acceder a la atención de salud.

La señora Lucía, que mantuvo su apellido en reserva, es vecina de Achachicala Originaria en Siete Lagunas, tiene 57 años y nació ahí. Es de las pocas personas que habita en el lugar desde niña y por eso vio cómo los cerros fueron sufriendo el deshielo por el cambio climático. Esa agua, sin embargo, permitió el cultivo de papa donde antes no producía nada.

Sobre la laguna nos dice que antes tenía mucha más agua y que incluso cubría una piedra blanca que mostró. “Más (agua) mantenía, hasta esa piedra blanca subía”. Deacuerdo a su explicación, el nivel del agua era unos dos metros más de lo que tiene ahora y bajará al menos un metro más en los meses de invierno.

El problema fue que a esta laguna le quitaron su afluente de agua con la construcción de la carretera. “Ese camino ha cortado; de aquí sabe entrar en tiempo de lluvia harta agua… pero el camino ha cortado, el asfalto… la cuneta”. Ahora la laguna se abastece solo con la lluvia y la nevada que cae sobre ella.

La laguna es un ecosistema que propicia la presencia de animales diversos; para el consumo se abastecen de agua de vertientes, porque la de la laguna es salada, de acuerdo a su relato.

Chonchocoro

Para llegar a la laguna de la comunidad Chonchocoro hay que tomar el camino hacia Viacha y desde Senkata avanzar unos 30 minutos más en vehículo. Se encuentra cerca de la carretera, a la derecha. Lo primero que se ve es mucha ropa y frazadas secando, esto se debe a que en lugar construyeron alrededor de 40 lavanderías y un tanque descubierto donde acumulan agua subterránea.

Esta construcción es administrada por la cooperativa Viriloco y sus integrantes se turnan para limpiarla en las mañanas y controlar el uso de las lavanderías; la organización decide a quién le cobra y a quién no. El lavado de ropa se realiza en las tardes.

Una señora que es parte de la cooperativa, pero que prefiere no dar su nombre, explicó que el agua para lavar ropa “es del pozo, del lago nada que ver, es agua sucia”. Y así es. El agua de la laguna está verde y en sus orillas hay llantas, botes inservibles y basura que dejan las personas que van a lavar. A pesar de la contaminación, hay una vegetación diversa y también gaviotas, incluso encontramos una que estaba muerta entre las plantas.

La señora Teresa Virreira visitaba la laguna entre fines de los años 70 y en los años 80. Ella recuerda que el agua era limpia y por eso iba con su familia a lavar frazadas, porque en Villa Adela, donde vivía, no había agua potable, solo recibían de los carros cisterna dos veces por semana. Mientras secaba la ropa, ella y su esposo jugaban con sus hijas, porque era un lugar muy agradable.

Nos cuenta que allí también se hacían lavatorios, es decir lavar la ropa de los seres queridos que fallecieron como una forma de despedirlos y de tener algo de consuelo. La tradición se mantiene, pero ya no en la laguna, si no en las lavanderías y los mallkus (autoridades indígenas) deciden si las familias deben pagar y cuánto por el uso del agua. El día que fuimos a la laguna, una familia doliente pijchaba (masticaba) coca, mientras esperaba que seque la ropa para después quemarla como manda la costumbre.

1. El sector Siete Lagunas está ubicado al final de la zona Alto Lima, siguiendo la carretera.

 

2. Las orillas de la carretera están siendo utilizadas como botadero de escombros.

 

3. En varios sectores de la carretera se observan grandes cantidades de escombros que son desechados por camiones.

 

4. Esta laguna del Siete Lagunas perdió su afluente de agua a causa de la construcción de la carretera que conectará al tramo hacia los Yungas.

 

5. La disminución de agua en la laguna es evidente por las marcas en las piedras. En el sector no hay turismo, lo que mantiene el lugar con poca basura que trae el viento.

 

6. En la comunidad Chonchocoro construyeron lavanderías y utilizan agua subterránea para lavar ropa, lo hacen hombres y mujeres.

 

7. Las lavanderías son utilizadas por muchas familias que llegan al lugar en autos llevando gran cantidad de ropa.

 

8. En los tendederos de ropa también se extienden las frazadas recién lavadas. Algunas familias prefieren usar estos espacios para disminuir el costo del agua potable en sus domicilios.

 

9. Las lavanderías fueron construidas por una cooperativa de la zona Viriloco y las alquilan para que las personas tengan un lugar donde lavar ropa. El agua del lavado desemboca en un canal.

 

10. Una familia doliente espera que seque la ropa del ser querido que perdieron para darle la despedida. Antes, el lavatorio se realizaba en la laguna, ahora usan las lavanderías.

 

11. Un tanque, junto a la laguna, almacena el agua que es obtenida de pozos subterráneos para ser utilizada en las lavanderías.

 

12. La laguna aporta con vegetación y le da color al árido lugar, pero para mucha gente solo es agua sucia para los animales, aunque la contaminación es provocada por las personas.