por la infancia y un desarrollo solidario

Por Helen Nina Mamani, 15 años, ecoperiodista del municipio de El Alto, La Paz

En la urbanización Cristo Rey de la zona Parcopata en El Alto, vecinas y vecinos solo tienen dos piletas públicas para abastecerse de agua potable. Nancy, vecina del lugar, cuenta que el barrio recién se está poblando y debido a eso la Empresa Publica Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) no hizo la instalación de cañerías de agua para el consumo domiciliario.

Las dos piletas públicas fueron colocadas hace dos años con el aporte de los vecinos. Bryan Ariel, un adolescente de 14 años, recibe agua una vez al día, en bidones o botellas, para la preparación de la comida, la limpieza de la casa y el aseo personal. Algunas personas deben recorrer tramos largos para trasladar el agua que consumen.

El Centro de Medicina Nuclear que se encuentra por la zona, donde atienden a diario a unas 40 personas enfermas de cáncer, cuenta con un pozo propio de agua subterránea agua. Vecinas y vecinos mencionaron que, en alguna ocasión, el centro les había regalado agua para su consumo, pero los guardias lo negaron y explicaron que el agua es de uso exclusivo de esas instalaciones.

La zona crece cada día y, aunque cuenta con otros servicios, como energía eléctrica y transporte público, se está vulnerando el derecho fundamental de acceso al agua.

Ingreso al Centro de Medicina Nuclear, que atiende a personas con cáncer. Está ubicado en la zona Parcopata, Distrito 8 de la ciudad de El Alto.

 

Antiguo lecho de río, ahora convertido en canal de aguas servidas que recorren los distritos 2 y 8 de la ciudad de El Alto.

 

En la urbanización Cristo Rey de Parcopata, de la ciudad de El Alto, hay muchas casas en construcción.

La pileta de agua es cuidada por todo el barrio porque es su única fuente de agua.

Niño Bryan Ariel de Parcopata recoge agua en bidones para llevar a su casa.     

La zona Parcopata cuenta con energía eléctrica y transporte público.