Por Wendy Charca Luna, 14 años, ecoperiodista del municipio de El Alto, La Paz
La comunidad Kasillunca, de la provincia Pacajes del departamento de La Paz, se encuentra a dos horas de viaje de la ciudad de El Alto. Desde noviembre del 2022, sus 140 pobladores sufren una sequía que está afectando a sus sembradíos, su ganado y también a su economía. Hay personas que han decidido emigrar y dejar sus terrenos, pero otras, como Vidal Luna, no se rinden.
La falta de lluvias está ocasionando escasez y poco acceso al agua, por lo que las y los comunarios han tenido que reducir su propio consumo. Para tener agua, han comprado el año pasado tanques de ocho mil litros, pero ya no les alcanza y necesitan de unos 12 mil litros. Con esta cantidad podrán abastecer el consumo de sus vacas, ovejas y llamas, regar sus cultivos y tener para su uso personal.
En Kasillunca suele escasear el agua, por lo que el Mallku originario del ayllu Tunquipa, Armengol Chambi Tiñini, tuvo que ir a hablar con las autoridades municipales para la perforación de pozos subterráneos, que abastezcan de agua a toda la población. Además, consiguió una indemnización para las personas que perdieron toda su cosecha de papa. Ahora espera que la papa que está floreciendo pueda llegar hasta la cosecha y que no sea afectada por la helada.
Vidal Luna es un comunario agricultor que se ha quedado en su tierra. Para enfrentar la escasez de agua ha construido puchus, como se llaman en aymara unas lagunas artificiales que son bebederos de los animales y donde cosechan el agua de lluvia. Con pena dice que en Kasillunca ya no pueden vivir familias grandes porque el agua solo alcanza para las pequeñas familias como la suya: él y su esposa.
Plaza de Kasillunca, pueblo ubicado en la provincia Pacajes, a dos horas de la ciudad de La Paz.
Cultivos secos por la falta de aguas en Kasillunca.
Casa abandonada por un comunario que decidió emigrar a la ciudad de La Paz por falta de agua para sus sembradíos y su ganado.
Vidal Luna nació en Kasillunca. Intenta sacar agua con la bomba, que es la única fuente de agua que tienen en la comunidad cuando no hay lluvia.
Los comunarios usan recipientes de plástico para guardar el agua subterránea que sacan con la bomba.
La escasez de agua reduce la cantidad de ganado de Vidal Luna; en los últimos años ha perdido 150 ovejas.
Puchu construido con tractor para almacenar agua de lluvia que sirve para dar de beber a los animales. Antes el agua les duraba un largo tiempo, pero con la sequía la reserva aguanta poco.
Vidal camina cerca de sus sembradíos verificando que no estén muy afectados por la falta de lluvia.