por la infancia y un desarrollo solidario

Por Santiago Abecia Alarcón, 10 años, ecoperiodista del municipio de La Paz, La Paz

Entre las calles Alcoreza y Antofagasta, de la zona Villa Nueva Potosí, hay un árbol que apenas sobrevive. Está torcido y descuidado, le faltan algunas ramas, en su tronco se ve el hollín que sueltan los vehículos que pasan por ahí y unas decoraciones navideñas envejecidas. Aun así, es el único árbol que limpia el oxígeno que respiran las vecinas y vecinos de la cuadra.

La señora Miriam Yujra, una vendedora que tiene su panadería, muy cerca de la plaza Luciana Alcoreza, donde está el árbol, nos contó que es un pino que tiene muchos años de vida; no lo plantó la alcaldía, sino una vecina que ya falleció. La empresa La Paz Limpia colocó dos contenedores de basura al lado del árbol, por lo que muchas veces la gente deja sus desechos, no solo dentro del contenedor, sino también alrededor del árbol. Perros y hombres hacen sus necesidades en el tronco y ocasionan mal olor.

Según la señora Yujra, el árbol sobrevive sin cuidado, por eso está torcido y desatendido; ella dice que, si alguien lo cuidara, lo podara o le hiciera un mantenimiento, sería mejor y se vería más bonito para la zona. “Es bueno, no solo para nosotras, sino para el aire mismo que respiramos”.

Ese pino está vivo a pesar de la contaminación, de la basura y de los orines; sobrevive pese a la poca importancia que le dan las personas del barrio, sin darse cuenta de que este árbol necesita ayuda y que aun en mal estado, él nos da el oxígeno para respirar.

En la plaza Luciana Alcoreza, de la zona Villa Nueva Potosí, solo hay un árbol que está descuidado.

En la esquina que conecta las calles Alcoreza y Antofagasta, la empresa La Paz Limpia colocó dos contenedores de basura que están muy cerca del árbol.

La base del árbol está doblada. Una vecina cuenta que años atrás intentaron ponerle un soporte, pero no funcionó.

Cables de luz de alta tensión están sujetos en el tronco del árbol. Con los años se convirtió en un poste de luz.

A pesar del maltrato e indiferencia, este pino solitario aún da frutos.