por la infancia y un desarrollo solidario

Por Marcos Alexander Laime Chura, 15 años, ecoperiodista del Valle Alto de Cochabamba  

Debido al cambio climático, los ojos de agua o vertientes, llamados también juturi en quechua, se están secando y esto afecta a toda la comunidad Carlos Canelas del municipio de Arbieto del departamento de Cochabamba. Aproximadamente desde el año 2010 se ha reducido el caudal de agua; esto ha obligado a la población a comprar de las cisternas, lo que ha encarecido el costo. El agua llega a las familias una vez por semana.

En la región hay tres ojos de agua y para verlos es necesario caminar unos 40 minutos. Cuando llegamos al primero, tenía poca cantidad de agua, no como hace cuatro años, cuando formaba un pequeño riachuelo. Seis minutos hacia abajo, está el otro juturi, pero seco. Nos dirigimos al último donde casi no había agua y parecía un pequeño pantano. Después seguimos por el lecho del río que ya no tiene agua; por ahí pasa el tubo que lleva el agua hasta el tanque. La tubería cruza cerros, en algunos tramos se encuentra debajo de la tierra y sale al otro extremo de la montaña.

Andrés Higueras Terrazas tiene 61 años y siempre vivió en Carlos Canelas. Él dice que antes “había agua abundante, en el tiempo de sequía había agua, con el frío salía más agua, pero hoy en día ni con frío sale agua; las vertientes también ya se han secado”. Por eso el precio del agua aumentó de entre 15 y 20 bolivianos hasta 60 y 70 bolivianos. Teófilo Higueras Terrazas, secretario de Hacienda de la comunidad, dice que el agua del tanque llega más o menos a unas 300 personas que deben pagar ese dinero. Daniel Laime Chura, tiene 14 años, y él cuenta que los animales, como la vaca, oveja, chivos y otros, también toman agua de la vertiente.

 

En los cerros de la comunidad Carlos Canelas había tres ojos de agua o vertientes que, por varios años, fueron utilizados para el consumo humano y animal.

Dos perros calman su sed en la única vertiente que aún tiene agua en la comunidad Carlos Canelas.

El agua que nace de estas vertientes va nutriendo el suelo, mientras se escurre. La zona está sufriendo la falta de agua.

Los comunarios de Carlos Canelas instalaron la tubería que transporta el agua de las vertientes hasta el tanque de la comunidad donde se almacena. El flujo es cada vez menor.

Los tubos del agua canalizada desde los ojos, recorren una distancia de tres kilómetros hasta llegar al tanque de la comunidad.

El tanque de Carlos Canelas tiene una capacidad de entre 15 mil y 16 mil litros; ahí llega el agua de la vertiente, pero como no alcanza para llenarlo recurren a los carros cisternas. Esta es la única fuente de agua de la comunidad.