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Por Mauricio Mérida Montoya, 16 años, ecoperiodista del municipio Cercado, Cochabamba

En la ciudad de Cochabamba las personas contaminan el aire con el encendido de fogatas y fuegos artificiales en la noche de San Juan. Antes, durante y después de la fiesta, a pesar de la prohibición, la gente quema por una antigua tradición que dice que es la noche más fría del año.

En la tarde del 23 de junio, previa a la fiesta de San Juan, el 24, empiezan a sentirse las fogatas por el humo que llegan de las zonas más alejadas. Desde el centro de la ciudad se ve humareda en los cerros, mientras los mercados se llenan de personas en buscan de salchichas, pan y fuegos artificiales, a pesar de que la venta de estos últimos está prohibida. Por la noche el cielo toma un color plomizo y el olor a quemado es más intenso. A diferencia de otros años, el 2023 hubo menos juegos pirotécnicos.

En la mañana, al mirar a lo lejos, toda la ciudad se ve como si estuviera envuelta en humo. Los ojos se enrojecen y arden, y el fuerte el olor a quemado, dificulta la respiración. El Cristo de la Concordia es casi imposible de ver por la humareda, a pesar de que mide 40,4 metros de altura.

Fernando Fernández, jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación de Cochabamba, afirma que la quema en esta ciudad tiene algunas particularidades, por la geografía y topografía: “estamos encerrados con muchas montañas, cordilleras, que lamentablemente evitan que el aire circule, entonces cualquier tipo de contaminación, ya sea por incendios u otros, se concentra y eso causa mucho daño al medioambiente por la degradación del aire”.

La Unidad de Gestión de Riesgos presentó el Plan San Juan 2023, según indica Rilbert Condori, técnico de primera respuesta; el monitoreo del aire y el control de incendios forestales son sus dos componentes fundamentales. La Secretaría de Medioambiente realiza este trabajo, ya que los fuertes vientos de la temporada, en la noche o en la madrugada, y las chispas de fuego pueden provocar incendios forestales.

Valeria Camacho, responsable del Programa de Desastres Brotes y Emergencias en Salud Pública del Servicio Departamental de Salud de Cochabamba, explica que el humo daña la salud. A corto plazo se produce dolor de garganta, conjuntivitis, incluso dolor en el pecho y dificultad para respirar; en algunos casos, las personas sienten mareos y dolor de cabeza. Entre los efectos más severos, se agravan las enfermedades crónicas, como asma, y las enfermedades cardíacas, incluso pueden darse infartos de miocardio, debido a que las partículas que genera la quema de madera y otros materiales llegan a los pulmones y al torrente sanguíneo.

Vista panorámica de la ciudad de Cochabamba, muestra un incendio en la parte baja del cerro el Tunari, un día antes de la fiesta de San Juan.

En la sala de monitoreo de la gobernación de la ciudad de Cochabamba, uno de los monitores muestra las imágenes de un incendio en la zona de Sacaba.

Fernando Fernández, jefe de la Unidad de la Gestión de Riesgos, señala el lugar donde ocurría un incendio en la ciudad de Cochabamba el 23 de junio de 2023.

Bomberos de la ciudad de Cochabamba se alistan para poner en marcha el plan San Juan, cuyo objetivo es evitar incendios por la festividad.

Vista panorámica de la ciudad de Cochabamba al día siguiente de la fiesta de San Juan.

Imagen borrosa del Cristo de la Concordia, debido a la contaminación ambiental ocasionada por la fiesta de San Juan.