por la infancia y un desarrollo solidario

Por Clara Camila Mamani Colque, 14 años, ecoperiodista del municipio Cercado, Cochabamba

Por la irresponsabilidad de sus dueños, decenas de perros duermen en la calle, con frío, miedo y alertas contra los peligros, como personas que los lastiman, niñas y niños que los molestan y vehículos que pueden atropellarlos. Se los encuentra en la Organización Territorial de Base (OTB) Entre Ríos del Distrito 14 de la zona Sud, están acurrucados, solos o en grupos, todas las noches y todas las mañanas, haga frío o calor.

Los perros buscan la manera de sobrevivir en las calles de la OTB, sin los cuidados de sus dueños que no les dejan entrar a sus casas. Para lograrlo van a los canales a buscar comida, pero ahí se forma barro cuando llueve y se vuelve resbaloso, y por eso caen a los canales y muchos mueren. Sus dueños ni se dan cuenta de que desaparecieron porque sus animales no son una preocupación. La mayoría de los perros andan en pequeños grupos de diferentes tamaños y razas, algunos son grandes y otros pequeños, pero entre todos se cuidan.

El riesgo de que haya tantos perros en la calle es que ataquen a las personas. La presidenta de la OTB, Sonia Colque Llave, tiene “tres mordeduras de perros, dos profundas y una superficial… Hay veces los dueños ni siquiera son capaces de decir “bueno ya, perro, venga”, y no se lo meten”. Ella explicó que hay un doble problema: por el temor a los robos crían varios perros, pero esos mismos vecinos y vecinas maltratan a sus animales dejándoles sin casa ni comida.

Para el vicepresidente de la OTB, Basilio Rueda Crispín, la solución es llamar a Zoonosis, pero la presidenta de la OTB tiene dudas porque esa institución solo los atrapa y los encierra, esperando a que el dueño vaya a recogerlo en un lapso de tiempo antes de “hacerlos dormir”, es decir matarlos. Sonia Colque afirma que esos dueños irresponsables nunca los recogen y más bien reemplazan a los perros capturados con otros, a los que también echan a la calle.

Una interna de Enfermería, estudiante de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), que hace controles en la OTB a niñas y niños menores de seis años, tocando puerta por puerta, dice que no todos los dueños meten a sus perros cuando ella hace su trabajo. “Los perros estaban afuera sueltos, perros grandes como estos, entonces nadie salía y tampoco se lo metió, el perro se quedaba fuera”.

Veymar Vela Córdova, estudiante y vecino de la OTB, tiene otra mirada y afirma que los ataques de perros se deben a que hay niñas y niños que molestan a los perros lanzándoles piedras y palos. Y pasa algo similar con las personas adultas que suelen ahuyentar a los perros de su territorio. Esta es otra forma de maltrato que hace que los animales se sientan atacados y se defiendan. El problema se agrava cuando los perros son de “razas poderosas”, a los que de forma equivocada los llaman de “razas peligrosas”, que también son echados a la calle por sus dueños.

El veterinario Enrique Mendizabal explicó que el lenguaje de los perros es el ladrido y la mordida. Sobre esto último dijo que hay dos tipos de mordedura, la ofensiva, cuando se trata de un ataque, y la defensiva, que es la más frecuente, cuando sienten que su territorio es amenazado o cuando el perro se siente agredido. Los animales no saben que la calle no es su territorio, por eso toman posesión del lugar, es entonces cuando ocurre la defensa. “La solución es que el perro no esté en la calle”.

Son varios problemas lo que debe resolver la OTB: personas sin conciencia, descuido de Zoonosis que no esteriliza y solo hace eutanasia, inseguridad ciudadana, riesgo de ataques de perros para las personas, entre otros. La solución sería que la OTB logre un acuerdo para tener seguridad ciudadana, sin maltrato animal.

 

Cerca a la cancha de la OTB Entre Ríos, hay perros que duermen en la calle. Sus dueños dejan que pasen la noche fuera de su casa.

Puerta de la casa de un vecino de la OTB Entre Ríos, con un perro que espera que le abran la puerta.

Los perros de la zona esperan por un poco de comida en el único restaurante de la OTB Entre Ríos. Sus dueños no solo los dejan en la calle, tampoco los alimentan.

Después de pasar la noche en la calle, los perros continúan vagando.

Dos perros duermen en la puerta de su casa, mientras esperan a que les abran la puerta.

El canal de agua de la OTB Entre Ríos es donde los perros de la calle van a buscar comida y agua. En algunas ocasiones algunos cayeron dentro y los vecinos los rescataron, pero otros no tuvieron esa suerte.