por la infancia y un desarrollo solidario

Por Anahí Noemí Quispe Poma, 13 años, ecoperiodista municipio El Alto

Las vendedoras de la feria de Senkata, Distrito 8 de la ciudad de El Alto, están expuestas al polvo y humo de los vehículos pesados, y a los fuertes sonidos de las bocinas. Ellas trabajan en la calle los días miércoles y sábado, desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche. En el lugar hay una concentración de actividades: un mercado callejero y la construcción de un puente que ocasiona el desvío de rutas y el congestionamiento vehicular.

Cuatro personas entrevistadas dijeron que están en peligro porque inhalan demasiado humo y polvo a diario, y es peor para las niñas y niños que acompañan a sus familias a vender. Abel Quispe terminó en el hospital, pero no pudo seguir su tratamiento de pulmones por la distancia. Porfiria Mamani Colque vende hace 30 años, a ella el humo le hace doler el corazón, las bocinas le lastiman los oídos y le molestan las moscan que son atraídas por la basura que echan los pasajeros de los carros. Jacqueline Catacora, de 16 años, cree que se ha vuelto normal aguantar toda la contaminación auditiva y del aire. Mientras, un vendedor de jugo de coco aprovecha el congestionamiento para vender y así poder ahorrar para defender su tesis y convertirse en administrador de empresas a fin de año.

Una monografía de Orlando Pocoata Manríquez, de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), dice que el humo de los vehículos produce “infecciones respiratorias (IRA), enfermedades cardiovasculares (ECV), trastornos respiratorios crónicos (TRC) y cáncer de pulmón”, debido a los gases contaminantes que contiene el humo. Además, según el portal Bolivia Verifica la exposición constante a ruidos fuertes puede causar sordera y daños psicológicos.

Para tomar en cuenta

Hay dos límites planetarios que todavía no han sido superados: el primero, acidificación de los océanos, que es el aumento de compuestos ácidos en el océano que afecta a los arrecifes y a toda la vida marina; y carga de aerosoles atmosféricos, aunque este es el que menos se ha medido. Y hay otro límite, el de la capa de ozono que pudo ser recuperado gracias a un acuerdo global.

 

La feria de Senkata se encuentra a la entrada del Distrito 8 en la ciudad de El Alto; por ahí pasan todos los vehículos que vuelven o se dirigen al departamento de Oruro llevando pasajeros y carga.

 

 

Vendedora de jugos en la avenida Integración, afectada por escombros de la construcción del nuevo puente.

 

 

La avenida Integración se volvió una ruta de buses interdepartamentales, lo que afecta a las vendedoras de la zona.

 

 

Esta vendedora de ocas está todo el día en la feria y su producto está lleno de polvo.

 

 

Una señora que vende fruta comenta que sus productos están llenos de polvo y sus clientes no le compran. Cada día soporta la tierra que levantan los vehículos.

 

 

El vendedor de jugo de coco está indignado por el humo y polvo, por eso utiliza un barbijo para protegerse.