Por Soledad Mamani Márquez, 14 años, ecoperiodista del municipio Uyuni
En Uyuni, en estos últimos años, el polvo contamina el aire y esto afecta a toda la población. “Esta contaminación del viento o del polvo que existe en Uyuni es porque los funcionarios de la alcaldía lo han trabajado mal, han cambiado la tierra, antes era pura arena”, comenta Henry Aguilera, presidente del Comité Cívico de la ciudad.
El profesor de Biología del colegio mixto Potosí, Guido Mendoza, explica que además la población ha crecido y también las construcciones y la cantidad de vehículos de todo tipo, lo que provoca la contaminación atmosférica. “Podemos observar en las mañanas que Uyuni prácticamente está totalmente tapada con polvo”.
Felipa Fernández y Verónica Colque son vendedoras del mercado Andes; ellas respiran polvo todo el día y también tienen que desempolvar sus productos varias veces. Sin embargo, para Colque los vehículos no son un problema, ya que generan ventas en el mercado.
La solución para todas las personas entrevistadas es asfaltar las calles. Sin embargo, según Carola Sossa, ingeniera ambiental, el asfalto impide la recarga de los acuíferos y, además, puede provocar inundaciones por un mayor escurrimiento del agua. Una mejor alternativa al asfalto es el empedrado.
Para recordar
El cambio en el uso del suelo es límite planetario que se refiere a la deforestación, la desertificación y la degradación del suelo para la producción industrial. Este es un límite que ya está sobrepasado.
En la calle Ferroviaria de la ciudad de Uyuni, donde transitan muchos turistas, existen mucha polvareda, debido a los autos que transitan en este lugar.
Por la calle Junín pasan muchos vehículos de transporte público y estos levantan el polvo que afecta a la población del barrio.
En la calle 14, el viento levanta mucho polvo, pasen o no pasen autos.
El mercado Andes es el más afectado por el polvo. Ahí hay mucha circulación de camiones que provocan polvareda.
Una verdulera del mercado Andes protege las coliflores del polvo con bolsas plásticas. El resto de comerciantes hace lo mismo con sus productos.