por la infancia y un desarrollo solidario

Por Luis Ignacio Callisaya Gutiérrez, 16 años, ecoperiodista de la comunidad Paracaya, municipio San Benito

La Unidad Educativa Técnico Humanístico “La Bélgica”, que se encuentra en la comunidad Paracaya, municipio San Benito del departamento de Cochabamba, tiene el área verde más extensa de la comunidad. Profesoras y profesores, junto a las y los estudiantes se organizan para mantener en buen estado los árboles y los jardines, porque estos hacen posible que el lugar sea agradable y acogedor.  

La profesora de Ciencias Naturales y Biología, Arminda Vargas, afirma que los árboles son imprescindibles para el planeta porque generan el oxígeno que sostiene la vida. Por su parte, la representante de las madres y padres, Ruth Guarayo, quien se dedica a la enfermería, piensa que frecuentar los espacios verdes trae beneficios a las y los estudiantes, incluso psicológicos. Explicó que cada árbol produce oxígeno para unas tres personas, además de regalar su sombra.

En La Bélgica, también hay un huerto escolar que está a cargo de la agrónoma Leydi Fernández; ella dice que además de producir sus propios alimentos, las niñas y niños disponen de uno de los pocos espacios amigables con el medioambiente. Mientras más árboles y vegetación, hay más vida. Por ello, es necesario impulsar que existan más escuelas con grandes áreas verdes.

Para recordar

El artículo 3 de la Convención sobre los Derechos de la Niñez (CDN, ampliado por la Observación General N.º 26, establece que, para tomar decisiones sobre el medioambiente y el cambio climático, los gobiernos deben tener en cuenta cómo se verán afectadas las niñas y los niños, y cómo apoyarán el bienestar y el desarrollo de la niñez hoy y en el futuro.

 

Patio de la Unidad Educativa “La Bélgica”, ubicada en la comunidad Paracaya.

 

Estudiantes alrededor de los jardines del establecimiento educativo.

 

Huerto escolar donde se cultivan alimentos para consumo de las y los estudiantes. 

 

Una estudiante de la unidad educativa retira con cuidado la maleza.

 

La agrónoma Leydi Fernández, responsable del huerto, muestra la producción.

 

Un estudiante descansa bajo la sombra fresca y agradable de un árbol.