por la infancia y un desarrollo solidario

Las ojeras de esta adolescente muestran la falta de sueño por la incomodidad de lo avanzado de su embarazo.

Por Noemí Camacho

 En el municipio de Punata existen muchos casos de embarazo adolescente y testimonios de discriminación de los profesores hacia las estudiantes embarazadas. En marzo de este año, en una unidad educativa, Belén de 16 años fue humillada por una de sus profesoras, por llevar a clases a su bebé de apenas unos meses.

 Una compañera de curso de Belén relata de esta manera el suceso: “La profesora entró enojada y se dirigió con palabras vulgares a una de las compañeras que trajo a su bebé; el bebé estaba recostado en el piso, sin molestar a nadie. Entonces la profesora insultó a la estudiante, le dijo ‘sal de mi clase, no te quiero ver, la próxima vez en mi clase te quiero ver sin hijo’. Mi compañera se puso a llorar, lo que la profesora no sabía era que ella tenía permiso del director para que lleve a su bebé a clases”.

 Maltrato y humillaciones

Las humillaciones a Belén se arrastran desde hace mucho tiempo, porque aquella no fue la primera vez que sucedía. Así lo recuerda ella y no puede evitar el llanto: ‘‘Sí, una profesora que desde el año pasado en que estaba embarazada me criticaba, me decía ‘vas a aprender ahora sí, esas mujeres deberían salirse del colegio. ¡esta no es una casa de maternidad!’”.

 Este año, en la misma unidad educativa, solo en 5° de secundaria hay dos casos de embarazo y una estudiante que ya tiene a su bebé; en otros cursos también hay adolescentes en similar estado. El profesor de matemáticas Orlando Salazar confirmó la existencia de esos casos y dijo que el problema es “muy común”.

 Belén denunció el maltrato a la Dirección del colegio y esa oficina hizo un llamado de atención a la profesora. Pero cuando se le preguntó al director si había recibido alguna denuncia, él respondió que no. “Hasta el momento no hay discriminación en la unidad educativa, trabajamos con los padres de familia, les hacemos llamar, conversamos con los jóvenes y lo primero que tenemos que hacer es no castigar (a las estudiantes). El diálogo, los acuerdos (son importantes) para mejorar la situación familiar”.

 La prevención para el embarazo en la adolescencia se puede hacer en talleres de capacitación en la unidad educativa, pero el testimonio de las estudiantes refleja que no hubo ningún espacio de instrucción o por lo menos de explicación sobre este tema, ni siquiera en la clase de la profesora de biología. Según el director, hubo dos talleres de educación y sexualidad en adolescentes.

 En el municipio de Punata, el Consejo Municipal de Juventudes trató de concientizar a la población con ferias educativas realizadas en la plaza principal y dirigidas con énfasis a las y los adolescentes y jóvenes sobre la prevención del embarazo. La idea era dar más información sobre los diferentes métodos anticonceptivos.

 Derechos vulnerados

El artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño dice que un derecho es la protección contra los malos tratos. El artículo 2 protege contra cualquier tipo de discriminación y el artículo 28 determina que debe haber facilidades para tener educación secundaria o ir a la universidad.  Esos derechos son los que están peligrando en la situación de adolescentes como Belén en Punata.

 Un estudio del Fondo de Población de Naciones Unidas, sobre el embarazo adolescente en 14 municipios del país, verificó que en el año 2013 en Punata se registraron 236 casos de embarazo adolescente. La misma institución afirma que la mayoría de ellas asumen solas la maternidad sin el apoyo de sus parejas, pero sí con el respaldo de la familia.

 En el colegio de Belén, el reglamento interno dice que no se debe expulsar a las adolescentes embarazadas, pero esa norma no evita que ellas sean maltratadas por profesores y estudiantes. “Tú no puedes participar”, es una respuesta que comúnmente escuchan las adolescentes como ella.

 Distinta “suerte”

Belén tiene algunas dificultades en el colegio. Desde que comenzó su embarazo se le complica mucho hacer sus deberes y no tiene el mismo rendimiento en el colegio, porque ahora tiene que encargarse de su bebé. Sus padres trabajan a diario y no la pueden ayudar con el cuidado.

 En el año 2017, otra adolescente de nombre Vania no tuvo la misma “suerte” que Belén. Ella también recibía maltrato de parte de profesores y estudiantes, un hecho que ella denunció a la Dirección. La entonces directora no hizo nada para parar el maltrato; Vania se retiró de la unidad educativa y abandonó sus estudios ese año.

 Las comunidades educativas de padres, maestros y estudiantes necesitan reflexionar sobre el maltrato y discriminación hacia a las adolescentes embarazadas, porque no saben las circunstancias de su vida.

Cargando nueve meses de embarazo, una adolescente mira su futuro.

 

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