por la infancia y un desarrollo solidario

Por Rossmery Colque Aricoma - Niña ecoperiodista

Las familias sufren para conseguir agua en el Barrio 9 de Abril, en la ciudad de Potosí, porque a veces hay este recurso y otras veces no llega al vecindario. Cada día recogen el líquido de una pila pública en turriles, bañadores, baldes y ollas para lavar ropa, bañarse, beber y cocinar.

Alrededor de la pila hay 15 extremos de mangueras y cada una le pertenece a una familia. Las y los vecinos unen tres o cuatro mangueras, según sea más lejos o más cerca la distancia de sus casas, para no cargar los envases llenos de agua porque son pesados y causan dolores en las manos y en la espalda.

Doña Fortunata Aricoma, vecina de la zona 9 de Abril, dice en quechua que hacia abajo de su calle chorrea poca agua y hacia arriba llega con poca presión. Cuando de la calle de abajo abren la pila pública, el resultado es que no chorrea en la pila de su calle, arriba.

En la semana se proveen de agua solo una vez por turnos. A la familia de doña Fortunata le toca los viernes y ese día comienzan a recibir agua desde las tres de la mañana en turriles para un total de seis personas. Si el agua se acaba antes de que llegue el próximo viernes, la familia le pide a su comadre que le invite agua como un préstamo.

Las y los vecinos no quieren agua de la pila público, sino que la quieren en sus propias casas. Doña Valentina Aricoma, vecina de la zona, quiere que el agua llegue hasta su patio porque se cansa llevando y extendiendo sus mangueras. Además, las mangueras se rompen, las pisan los autos y tienen que comprar otras, lo que es un costo adicional para su precaria economía.

Para ahorrar agua, las familias reciclan el líquido. El agua del lavado de ropa se usa también para echar al baño y a las plantas. En época de lluvia colocan turriles, baldes y bañadores debajo de sus canaletas.

En Bolivia todas y todos tenemos derecho al agua, según la Constitución Política del Estado, pero en el barrio 9 de Abril de Potosí la gente todavía tiene que esforzarse mucho para acceder a este derecho fundamental para la vida.

El barrio 9 de Abril queda en una pequeña montaña en la ciudad de Potosí. Las familias tienen que abastecerse por turnos, porque las pocas piletas públicas que hay son insuficientes para toda la población.

Una niña sube hacia a la pila pública donde las y los vecinos tienen preparadas sus mangueras para recibir el agua. Tienen que hacen turnos por semana para no llegar todos juntos hasta el grifo.

Una vez por semana pueden abastecerse de agua y por eso la juntan en todos los recipientes que puedan.

La oveja Gringo y el perro Estobi toman un poco del agua que está juntando la familia de doña Fortunata. Son las mascotas de la familia.

Una pila pública en el barrio 9 de Abril donde las y los vecinos han puesto sus mangueras para recibir el agua. Algunas personas necesitan unir varias mangueras para que el líquido llegue tan lejos como están sus viviendas.

Una niña recibe agua en un turril ubicado en la puerta de su casa. Las personas cubren con tapas y nailon los turriles para evitar que les entre polvo y basura.