por la infancia y un desarrollo solidario

Por Luis Miguel Calderón Rojas - Niño ecoperiodista

En la zona de Santa Rosa de Lima, del municipio de Arbieto de Cochabamba, hay incendios provocados en sectores con vegetación, árboles y fauna silvestre nativa. Se hacen para poder ocupar esos espacios con la construcción de casas pequeñas para luego lotearlos.

El lugar de los incendios es un cerro que hasta hace dos años tenía k’acha k’achas, molles, cactus y thagos, todas plantas nativas de la región. Entre su fauna tenía conejos salvajes, lagartijas y víboras que vivían cerca de la vegetación y del río que corre más abajo.

Primero derribaron los árboles con tractor y luego los enterraron. La gente de Santa Rosa iba a desenterrar la leña para poder cocinar en la qhonch’a, un fogón hecho de barro y piedra. El tractor fue sustituido por las quemas y el lugar comenzó a ser ocupado con pequeñas construcciones muy precarias.

Este año ocurrió un incendio en la ribera de un río, que también afectó a la vegetación y fue una sorpresa para los vecinos del lugar. La población de Santa Rosa de Lima no sabe quiénes causan las quemas. Emiliana Rojas es ama de casa y cree que son los “malos chicos”. Octavia Maldonado Lazarte, también ama de casa, recuerda que una vez amaneció con un gran incendio que llegó hasta la punta del cerro.

La señora Rojas cree que las quemas están relacionadas con los loteamientos. “Hoy en día todo ha sido loteado, han abierto las calles. Ha habido peleas, han quemado todos”, dice ella. Pero nadie más quiere hablar del tema.

El loteamiento es la habilitación de espacios para construir zonas urbanas, sin cumplir los procedimientos legales. Los loteadores actúan en la clandestinidad, pues avasallan tierras fiscales y también privadas en áreas rurales.

Consultado el subalcalde de Arbieto, Aquilino Blanco Chamo, dice que la ley es clara y las personas que estén haciendo ese daño ambiental serán sancionadas por la ley. Aclaró, sin embargo, que sus competencias de control solo abarcan al área urbana del municipio.

Entonces no hay sanciones y el lugar está destrozado: se han abierto caminos, hay casas en construcción y muy poca vegetación. “No deberían quemar mucho porque está mal, el tiempo que estamos viviendo ahora todo es calor, el aire también está contaminado, ya no es lo mismo como antes”. Eso opina la señora Emiliana Rojas.

Las personas tienen derecho a acceder a la información ambiental de su entorno porque le afecta directamente en su vida y en su salud. Esto es algo que no sucede en Santa Rosa de Lima pues los vecinos desconocen qué sucede con los incendios y loteamientos en su zona.

Caminos abiertos con tractores por loteadores que avasallan tierras en Santa Rosa de Lima.

Este cerro cercano a Santa Rosa de Lima tenía vegetación diversa. Ahora ha sido afectado por loteadores.

Varios carteles muestran cómo los loteadores se organizan para vender los terrenos avasallados.

Piedras marcadas delimitan los terrenos de los loteadores.

Casas ya construidas sin habitantes en los terrenos loteados, son edificaciones precarias sin servicios básicos.

Comunario de Santa Rosa de Lima recoge leña para cocinar en su qonch’a o fogón en el terreno donde provocaron un incendio.

El cerro tiene grandes extensiones quemadas.

La vegetación queda hecha ceniza por la acción de loteadores.