por la infancia y un desarrollo solidario

Por Cristal Arlette Ramos Arancibia - Niña ecoperiodista

En la localidad de Wirqhy Q’asa, ubicada a una hora de la ciudad Sucre, se encuentra el jardín ecológico “Jaku”, que significa vamos en idioma quechua. Está dirigido por el ambientalista Marcelino Higueras cuyo propósito principal es reforestar 37 hectáreas con árboles nativos. “Es una iniciativa interesante que tiene como objetivo la conservación de la biodiversidad en su estado endémico”, explica.

Higueras Saavedra, un ingeniero ambiental de 34 años, impulsa y lidera el proyecto “Jaku” que ha convocado a jóvenes, entre profesionales y no profesionales. Ya llevan cinco años en su labor de reforestación, tres de ellos con un avance importante en Wirqhy Q’asa, una zona que a simple vista parece árida.

El propósito es rellenar estos lugares con árboles de tipa o algarrobo. “Los árboles que hemos puesto hace dos o tres años están creciendo, hemos puesto semilla y ahora están de tres a cuatro metros de altura, (con esto) se aporta a que haya nuevos seres vivos”, explica Higueras.

Las y los voluntarios realizan además una investigación en terreno para obtener información sobre qué otras plantas más se pueden plantar en el lugar. Hasta ahora han reforestado ocho hectáreas para recuperar áreas verdes y hacer que la tierra vuelva a ser fértil, ya que este lugar tiene erosión en el suelo y el agua es escasa.

El proyecto no solo es de ayuda al ecosistema, sino que, en otro nivel, les ha servido para crear amistades, adquirir nuevos conocimientos y tener momentos de distracción, ocio y satisfacción para todas y todos los participantes, como cuando ven crecer las plantas que sembraron. “Hay bastantes jóvenes que normalmente en sus tiempos libres van a ubicar senderos y hacen camping dentro de este territorio pequeño”, dice.

¿En qué contribuye su proyecto al derecho a un medio ambiente sano? Higueras explica que “todas las acciones en el ámbito de la forestación y reforestación tienen que ver con actividades de mitigación y restauración frente a los impactos del cambio climático. Es una microcuenca esta zona y al estar con reforestación seguramente a largo plazo tendremos captación de agua y conservación de suelo”.

El ambientalista pone como reto a toda la población llevar el cuidado del medio ambiente de la teoría a la práctica. “Caminar lejos para ir a plantar en un día soleado; estar toda una jornada, dos o tres; son retos para los jóvenes como para el equipo que estamos trabajando”, dijo.

En Wirqhy Q’asa, a una hora de Sucre, se encuentra el jardín ecológico Jaku (vamos, en quechua) donde están reforestando con especies nativas.

Las y los voluntarios llevan los plantines hasta Wirqhy Q’asa en bolsas para protegerlos. Viajan media hora en carro y media hora a pie.

Una comunaria ayuda en la reforestación identificando lugares donde plantar los árboles.

La tipa es una especie nativa de Wirqhy Q’asa.

Estos plantines de tipa serán plantados en algún lugar de las 37 hectáreas que serán reforestadas.