Por Kevin Mostacedo Sánchez, 12 años, ecoperiodista del municipio Cercado, Cochabamba
En la Unidad Educativa Vikinga Boliviana, ubicada en el barrio Cerro Verde de la ciudad de Cochabamba, las y los estudiantes, junto con sus profesoras, reciclan diferentes materiales para ayudar al medioambiente. Luego, en las clases de Educación Física y Técnica Tecnológica fabrican diferentes objetos como macetas, juguetes, flores, mantas y organizadores, entre otros.
Los materiales son recolectados en lugares cercanos al colegio; separan las botellas para lavarlas. Después eligen por votación los objetos que fabricarán. Las personas adultas hacen los cortes, según los modelos; las niñas y niños arman los objetos y los adornan con creatividad; cuando hacen macetas les colocan un trozo de alambre para colgarlas.
Roxana Balderrama, la maestra de Educación Física, recicla para darles una segunda o tercera utilidad a latas y vidrio, por ejemplo, “con el fin de cuidar un poco al medio ambiente”. Beatriz Oña, profesora de Técnica Tecnológica, dijo que “tenemos que reciclar porque, si no, vamos a seguir dañando a nuestro planeta”. Johnny Correa, regente del colegio, dice que al reciclar se evita que las personas quemen o entierren objetos que se puede “volver a utilizar”. Judith Calisaya tiene un puesto de golosinas en el colegio; no recicla por falta de tiempo, pero sí recolecta y espera que las personas adultas aprendan a botar la basura en su lugar y que les enseñen eso a las niñas y niños.
Según la página Web de Naciones Unidas, cada año se producen 400 millones de toneladas de plásticos en el mundo; de ese total, 200 millones son de un solo uso y 11 millones de toneladas terminan en los océanos afectando a toda la vida marina.
Botes de basura para separar desechos orgánicos e inorgánicos. Las y los estudiantes colocan ahí las botellas plásticas.
Llantas convertidas en jardineras adornadas con textos que hacen que las y los alumnos reflexionen.
En el patio del colegio Vikinga Bolivia se pueden ver llantas transformadas en macetas que adornan los jardines.
El colegio Vikinga Boliviana tiene un almacén de botellas Pet recicladas para ser convertidas en diferentes objetos.
La profesora de Educación Física utiliza botellas recicladas para que sus estudiantes aprendan valores.
Un auto construido con botellas recicladas, lo utilizan en la materia de Robótica para que las y los alumnos aprendan a mover objetos con energía.